miércoles, 16 de marzo de 2016

Robo de bebés

Esta historia es real, me ocurrió a mi.
Vivíamos en una chabola de 22m cuadrados, eramos muy pobres, tuvimos
al mayor, Paquito, a los 3 años tuvimos a Ana, como digo eramos muy
pobres y volví a quedarme embarazada, yo tenia contacto con una
parroquia en mi barrio, en la comunidad había monjas que eran las que
allí dirigían todo, como os digo sabían de mi situación de pobreza,
cuando me quedo embarazada del tercero, mi marido y yo pensamos que no
los podíamos tener, fui a esa parroquia y hable con unas señoras que
llevaban lo social, entre ellas las monjas, les explique mi problema y
me mandaron a un sitio que entonces era un centro de planificación
familiar, allí me abrieron historia, les explique mi problema y me
dieron la opción de abortar en Londres, el precio era 500.000 pesetas,
había vuelos de fin de semana, y en 48h estabas de vuelta y sin
embarazo, entonces yo no tenia las 500.000 pesetas, pero en la
parroquia me dijeron que me las dejaban, cuando ya estaba todo
dispuesto mi marido y yo nos arrepentimos, pensamos que lo criaríamos
con el mismo amor y necesidades que a los otros, total, seguí con mi
embarazo toda ilusionada, acondicionamos la chabola para un niño mas.
El día 24 de julio de 1979 me puse de parto sobre las 14:00h, me llevo
mi marido en taxi a Odonel, no recuerdo bien la hora porque después de
parir a mi hijo lo escuche llorar y le vi, yo creía que lo pondrían
encima de mi pecho y no recuerdo nada mas hasta que desperté en una
cama sola, me durmieron.
Mi marido dice que cogieron al niño y el siempre detrás, el enfermero
llevaba al niño en brazos, subieron en el ascensor una planta,
llegaron a la incubadora, dijeron a mi marido que se tenia que quedar
fuera y cuando paso una hora salieron y le dijeron que el bebé estaba
muerto, mientras yo en mi cama preguntándome porque me durmieron si el
parto fue bien y rápido, no recuerdo el tiempo que pasó, cuando llegó
la matrona recuerdo que era muy alta y muy grande, yo le pregunté por
mi niño y el papá y respondió que el niño se había muerto, yo me puse
a llorar como una loca diciendo que no me lo creía que me llevaran a
ver a mi niño, ella respondió lo siguiente: no llores, que al fin y al
cabo ya tienes 2, esa respuesta me altero más y llorando me levanté
porque lo quería ver, me volvieron a dormir, nunca me dijeron ni me
enseñaron a mi niño, mientras mi marido esperando afuera de la
incubadora, cuando pasó 1h salió alguien y le dijeron lo mismo, que el
niño estaba muerto, mi marido les dijo, quiero verlo, llevármelo y
enterrarlo, le dieron mil escusas, sois jóvenes, ya tenéis más hijos y
lo enterraremos nosotros para que no sufráis, quiero decir que desde
el minuto uno tengo la certeza de que a mi niño me lo robaron, nunca
me dieron papeles, nunca me dijeron donde estaba enterrado y sigo
pensando que me lo han robado, fueron tres años de estar loca, pues yo
creía que Dios me había castigado por la intención de abortar, sigo
pensando que es un castigo de Dios y que en aquel entonces los
servicios sociales, los médicos y las monjas eran los que decidían
sobre nuestros bebés.
Como siempre, desde muy bajito, desde los suelos os pido hagáis una reflexión sobre el tema, ¿Esto quedará impune? A cientos de familias les ocurrió lo mismo, habrá que pedir cuentas a las autoridades políticas, bien sea judicial, fiscalia, decanato de jueces y consejo general del poder judicial, incluido el constitucional, pues no están amparando nuestro derecho de todas las madres que nos robaron a nuestros bebés, y la pregunta que me hago ¿QUIÉN NOS AMPARA?